24.08.2016 Arquitectas IV

Con frecuencia han sido esposas, compañeras o colaboradoras de grandes figuras, casi siempre a su sombra. La que sí deja bajo la suya a sus imitadores es Zaha Hadid (Bagdad 1950-Miami 2016), figura de la ‘arquitectura espectáculo’, a la que sus elegantes dibujos, fructíferas relaciones y promoción en las revistas lanzaron a la fama y al Premio Pritzker en 2004 (ver Arquitectas I, II y III).

Anne Tyng (Jiangxi, China, 1920-2011 Greenbrae, CA, USA) teórica de la arquitectura, fue de las primeras en el Harvard Graduate School of Design donde estudió con Walter Gropius (Berlín 1883-1969 Cambridge, MA, USA), y trabajó para Louis Kahn (Kuressaare, Estonia, 1901-1974 New York), con quien tuvo una hija; ‘estratega de geometría’ la llamó Buckminster Fuller (Milton, MA, 1895-1983 Los Angeles). Y Ray Eames (Sacramento, CA, USA,1912–1988 Los Angeles) fue esposa de Charles Eames (Saint Louis 1907-1978 Los Angeles).

Kaija Siren (Kotka, Finlandia 1920-2001 Helsinki) fue esposa de Heikki Siren (Helsinki 1918-2013). Y Denise Scott Brown (Nkana, Zambia 1931- ) y Robert Venturi (Filadelfia 1925- ) merecieron el Pritzker de 1991 pero solo se lo dieron a él, pese a que ella ya había escrito Architecture: A Place for Women, en 1989. Y no lo aceptó en 2001 Lu Wenyu (Hangzhou 1966- ), esposa de Wang Shu (Urumchi 1963- ).

Benedetta Tagliabue (Milano 1963-), del Istituto Universitario di Architettura di Venezia, al finalizar su doctorado en Nueva York colabora con Enric Miralles (Barcelona 1955–2000 San Feliu de Codinas), y fue su pareja, imponiendo una mirada femenina a sus proyectos, como en la colorida y curva nueva cubierta del Mercado de Santa Caterina, 2005, en Barcelona. Carmen Portinho (Corumbá 1903-2001 Río de Janeiro), colaboradora de Affonso Eduardo Reidy (París 1909-1964 Río de Janeiro), fue la tercera ingeniera en Brasil, en 1926, y urbanista en 1939. Y en El Salvador está Ehrentraut Schott (¿?1924- ¿?) esposa de Karl Katstaller.

María Elvira Madriñán (Cali 1955- ), de la Universidad de los Andes y con gran interés en la botánica y el paisajismo, trabajó por casi treinta años con Rogelio Salmona (París 1929-2007 Bogotá) del que fue su segunda esposa y su socia, colaborando en sus más importantes proyectos, y terminando los que quedaron pendientes a su muerte. También trabajaron con él María Victoria Acosta, Liliana Bonilla y Diana Barco.

Alma Mahler (Viena 1879–1964 New York) no era arquitecta pero entre sus grandes amores (Gustav Klimt, Gustav Mahler, Oskar Kokoschka, Alban Berg, Franz Werfel…) está Gropius, con el que estuvo casada, y EIlse (Ise) Frank (Wiesbaden, Alemania 1897-1983 Lexinton USA), su siguiente mujer, tampoco lo era.

Dice Álvaro Mutis (Artes de México, N° 23 de 1994) hablando de Luis Barragán (Guadalajara 1902-1988 México) que “no es […] una mera coincidencia […] el impacto que hizo en el arquitecto la seráfica lección del Poverello”. Muy religioso, no se casó nunca más trabajó en sus muebles con la diseñadora Clara Porset (Matanzas 1895-1981 Ciudad de México) y fue amigo de la bailarina Rosa Rolando, la pintora Frida Kahlo y las actrices Dolores del Río y María Félix.

“Arenas blancas, montañas que abrazan y bellas mujeres doradas”, es como recuerda a Oscar Niemeyer (Río de Janeiro 1907-2012) Alain de Botton en The Architecture of Happiness, 2006, y basta para entenderlo con escuchar ‘La garota de Ipanema’ de Vinícius de Moraes y música de Antônio Carlos Jobim: ‘Olha que coisa mais linda, mais cheia de graça’.

Columna publicada en el diario El País. 24.08.2016.

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