08.11.2007 Vida y obra… y enseñanza

Carlos Morales Hendry es uno de los arquitectos que mas han hecho en Colombia por la enseñanza de su profesión. Durante su larga decanatura en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de los Andes, en donde estudio también antropología, realizó varios foros internacionales a los que profesores, arquitectos y estudiantes acudían masivamente de todas partes del país para oír y conocer a muchos de los mas interesantes arquitectos del momento en el mundo, los que tambien participaban en los talleres de la facultad, a los que todos tenían acceso. Así mismo, instituyó en nuestro medio los intercambios de estudiantes con escuelas y despachos de arquitectura de diferentes partes de América y Europa, y la invitación permanente de profesores extranjeros y nacionales. Tambien inicio un taller internacional de vacaciones en Cartagena, que acaba de cumplir 21 años de interrumpido éxito. Y muy importante fue la edición, junto con Escala, de la colección SomoSur, que permitió que los arquitectos de Latinoamérica comenzaran a conocerse entre ellos.

De diversas maneras su decisiva influencia en la enseñanza de la arquitectura terminó contribuyendo a la mejora de parte de la arquitectura colombiana. Empeño que actualmente difunde aun mas en su Escuela de arquitectura y diseño de América Latina y el Caribe, Isthmus, la que reúne permanentemente en Panamá, desde hace ya seis años, arquitectos y profesores de Europa y toda América y, ocasionalmente, de otras partes del mundo. Lo que normalmente se hace poco a poco en las escuelas de arquitectura a lo largo de varios meses, allí se concentra en unas pocas semanas generando un intercambio intenso y muy fructífero que terminará haciéndose sentir en toda nuestra región. Todo lo anterior, mas su permanente participación como jurado y expositor en diversos eventos de arquitectura del continente, lo consolida como un gran divulgador de nuestra arquitectura. Y por supuesto la importancia de esto es considerable ante la globalización inminente del ejercicio de la profesión entre nosotros.

También ha ganado concursos, obtenido distinciones y realizado mucha y muy buena arquitectura, consistente con sus enseñanzas, lo que no es común entre nuestros improvisados profesores, y fue con su socio, el arquitecto Jorge Rueda Gutiérrez, un innovador, en la gestión, diseño y construcción de conjuntos de vivienda. Sus proyectos merecen una divulgación mas amplia y una mejor valoración, y, especialmente, una confrontación con sus orientaciones académicas, para una mejor comprensión de sus propuestas. En pocas palabras, ha ejercido todo un liderazgo en la enseñanza y práctica de la arquitectura, y ya era hora de que recibiera el merecido reconocimiento que le acaba de hacer la Sociedad Colombiana de Arquitectos en su Congreso bi anual, esta vez en Barranquilla, donde tambien se rindió homenaje a Rogelio Salmona y Arturo Robledo. Gesto que debería ser muy diciente ahora que muchos arquitectos se han dejado seducir por la moda de las “torres” de vidrio, aluminio y acero inoxidable, como algunas “estrellas” contradictoriamente invitadas al evento como si tuvieran algo pertinente que decir.